viernes, 17 de febrero de 2006

¿El cómic es arte o es sólo cosa de niños?


Estos días pasados he leído por varios blogs que, al hilo del estreno de V de Vendetta, algún medio de comunicación nombraba a Alan Moore como diseñador gráfico, demostrando el periodista en cuestión un grave desconocimiento no sólo de quien es el genial guionista inglés, sino, sobre todo, y esto es lo peor, del mundo del cómic.
Esta anécdota, que desgraciadamente no es aislada, viene a corroborar que el cómic no es considerado socialmente como un medio artístico al nivel de los demás. Estoy seguro de que si nombro a Francis Coppola todos sabemos que es director de cine, si menciono a John Lennon es sabido que fue un cantante y músico, si hablamos de John Le Carré todos sabemos que es un novelista, pero si hablo de Alan Moore (considerado por todos los amantes del cómic como un genio) sólo es conocido por el que lee cómics. El cómic ni se menciona en los libros de texto escolares, ni se estudia en las universidades y por supuesto ni se le da un adecuado tratamiento informativo por los medios de comunicación.
Deberíamos de reflexionar porqué es así. Por un lado el aficionado al cómic casi disfruta de la condición marginal y underground que tiene el cómic, de ser un mundillo casi escondido del que sólo unos pocos hablan, conocen, debaten, disfrutan y fantasean. Ese carácter contracultural tiene un evidente atractivo sobre todo en los más jóvenes. Quizá por eso el cómic no ha madurado del todo como medio artístico, porque ha sido tomado por los jóvenes como ese medio propio y que se contrapone a otras expresiones artísticas más adultas. Sin embargo, en Francia el cómic casi está situado a la misma altura que la literatura y así se puede observar en cualquier librería de nuestro país vecino. En Japón, el manga es popularísimo, hay una devoción por la figura de Osamu Tezuka como padre del manga, y además el manga se lee por toda la población y a todas las edades. Estos serían ejemplos en los que en algunos países el cómic, como medio de comunicación, ha alcanzado esa madurez que lo sitúa casi a la par que otras formas de expresión artística.
Que el cómic es un medio de comunicación muy potente y que tiene sus propias técnicas es algo ya sabido, sobre todo si tenemos en cuenta todas las lecciones que nos proporcionó el maestro Will Eisner al concebir el cómic como el arte secuencial. Sin embargo, la mayor parte de la población identifica al tebeo con lo infantil, como que es de niños; y que personas adultas disfruten de la lectura de un cómic es visto quizá como síntoma de inmadurez o de infantilismo. Nadie presume de que ha leído un buen cómic (del estilo que sea), pero sí de que fue a ver tal película o de que está leyendo tal libro. Ni siquiera lo hacemos los lectores de tebeos cuando conversamos con personas que no han leído un cómic desde que eran niños. Es muy difícil explicar a alguien que no lee cómics, la calidad artística de un determinado tebeo o que su lectura puede ser más interesante que ver en la tele cualquier programa basura. No sé si toda esta reflexión es acertada en el descubrimiento de las causas del mal trato que se le da al cómic por los medios de comunicación, pero sería interesante que pensáramos en ello cuando nos indignamos al leer ciertas cosas en los periódicos.

1 comentario:

  1. Esto se ve también cuando una adaptacion a cine de algún comic sale reseñada en algun medio ajeno al comic, siempre se refieren a ella como "la adaptacion de la novela grafica..." como si utilizar el termino comic fuese algo peyorativo, sueltan lo de novela grafica que queda como más "intelectual" aunque se trate de un COMIC de spiderman y se quedan tan tranquilos

    Con lo de Alan Moore debio ser lo mismo, el tio pensaría ¿escritor de comics? ¿eso es un trabajo serio? vamos a poner diseñador grafico que queda mas guay

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