Ya estamos en plena vorágine salonera, las novedades se agolpan en nuestras estanterías, el bolsillo se resiente y no hay tiempo para leer tanta cosa. Yo de momento os comento algunas cosas que he leído para ir haciendo boca:

Empezamos con otra maravilla de
Jiro Taniguchi. Se trata de
El viajero de la Tundra, un bonito volumen editado por
Ponent Mon, en el que se recogen 6 historias independientes. Cuatro de ellas tratan sobre la naturaleza, sobre las relaciones del hombre con ella y sobre lo duro e implacable que es el entorno natural. El tono poético de
Taniguchi está presente en todas las historias, su forma de narrar, su preciosismo en el dibujo, el ritmo pausado que le caracteriza hacen de este tomo una auténtica gozada. Sobre todo, me encanta la última historia dedicada al cementerio de las ballenas, es de una belleza inusual. El único pero que le pongo es que hay dos historias que tienen ese tono autobiográfico tan característico de
Taniguchi, pero que no tienen nada que ver con la temática de las otras cuatro. De esta manera se pierde la unidad temática y casi monográfica del tomo. Por lo demás, muy recomendable este cómic.

Otro volumen que es novedad en este Salón es el tomo nº 3 de
Balas Perdidas, magnífica serie de
David Lapham, que estoy descubriendo ahora con la edición en tomos recopilatorios que está haciendo
La Cúpula. Este
cómic independiente me tiene fascinado, ya que cada historia que cuenta es lanzada como una bala de la que es muy difícil adivinar su trayectoria. En este número hay un ¿común denominador? que trata sobre la fidelidad en el amor, las relaciones conyugales y el sexo fuera del matrimonio. Aunque hay muchos más temas, desde luego, ya que cada historia es muy compleja, y aparecen tantos personajes y tantas situaciones, que dan a
Lapham la oportunidad de diseccionar las relaciones humanas de una forma muy variada. El dibujo que emplea este autor es totalmente adecuado a las historias que nos cuenta, y se muestra como un hábil narrador. Si alguien no ha leído esta serie, ahora en el Salón es un buen momento para engancharse.
Eddy Current es un extraño cómic de
Ted Mckeever, muy en la onda de los cómics de los 80, y cuyo primer episodio me encantó. Sin embargo en este segundo volumen, me parece que
Mckeever se sale de madre, no sólo en su dibujo, sino sobre todo en un guión que sin ser contenido en el primer número, aquí desbarra bastante. La verdad es que el nivel de experimentación y la locura que nos quiere transmitir este cómic llegan a cansar y hacen que desconectes en su lectura. Pese a todo, a mí
Mckeever me gusta y me parecen interesantes sus planteamientos, quizá este número me ha decepcionado algo, pero seguiré la serie.

Finalmente, desaconsejar la lectura del preludio a la
Dinastía de M que supone el
Excalibur 3 ¿guionizado? por un decadente
Chris Claremont, al que más le valdría retirarse para que los aficionados le recordemos en sus buenos momentos. Quise leer este infumable tomo, ya que se decía que era el preludio o la introducción de la saga
Dinastía de M, y quería enterarme de que iba todo este rollo desde el principio. Si todo es como este cómic, apaga y vámonos. Yo me acordaba del
Excalibur de
Claremont y
Alan Davies, y desde entonces no había leído nada de esta colección, pero lo cierto es que sólo se parece a aquello en el título, porque todo lo demás es cuando menos desconcertante. En resumidas cuentas, un mal tebeo y un mal comienzo para el acontecimiento Marvel por excelencia de este año.