sábado, 3 de diciembre de 2005

Shade o Peter Milligan fuma demasiado

"¿Dios? Dios no existe: Y si existe es más bien Goddard que Spielberg".

"En la vida real no hay desenlaces. No hay finales felices".

"Mamá me dio la vida y yo la malgasté. Ni siquiera me importó malgastarla. Era como si estar vivo no mereciera la pena".

Estas frases que están extraídas del segundo volumen de Shade el hombre cambiante, resumen a la perfección el sentido existencialista de este cómic. Milligan nos muestra una América en la que el sueño americano ha tornado en pesadilla (o locura) y en donde el oropel y la riqueza esconden la trama oscura, los pecados de las estrellas de Hollywood o las penurias de los desheredados.
No hay complacencia, ni concesiones. El recorrido por la locura americana a veces puede resultarnos desquiciante. El viaje psicotrópico y psicodélico del último episodio nos aleja cada vez más de la realidad. Milligan fuma demasiado y sus alucinaciones nos intoxican provocando en nuestra consciencia una niebla cognoscitiva que nos sumerge en el primitivo líquido amniótico.
Shade es otra magnífica muestra del talento de Peter Milligan, bien acompañado de un Bachalo primerizo que apunta buenas maneras como nos mostró en las novelas gráficas dedicadas a Muerte.
Esperemos que el grito americano no llegue a nuestras tierras y se convierta en el grito español que suma a este país en la locura (Dios mío, veo a mis espaldas a una calavera con un tricornio en la cabeza y vestida con la bandera de España gritando no se qué de los catal....

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