miércoles, 26 de diciembre de 2007

Top Ten: The Forty-Niners


Complejo es sin duda el pensamiento de Alan Moore, y complejos son sus cómics, muchos de ellos auténticas obras maestras del noveno arte. Top Ten: The Forty-Niners, no está entre las mejores obras del guionista de Northampton, pero pese a su aparente sencillez resulta una obra bastante compleja y nada desdeñable.

Planteada como una precuela de la añorada serie Top Ten, en esta novela gráfica Alan Moore muestra su profundo conocimiento y su gran admiración al arte popular de los años 40, y es que las referencias históricas, sociales, artísticas y populares están presentes a lo largo de sus páginas, resultando a veces muy difícil adivinar a qué está aludiendo el famoso escritor inglés. Los conocimientos de Moore están a años luz de los de la mayoría de guionistas de cómics actuales, y se puede permitir el lujo de crear un universo repleto no sólo de superhéroes (como sucedía en Top Ten), sino también de personajes salidos de las páginas de las novelas de aventuras y de fantasía de la época, como de los cómics americanos de la Edad de Oro y hasta del cine de los años 40.

Neópolis es el trasunto imaginario de Nueva York, el reflejo de la ciudad de los rascacielos en la imaginación de Alan Moore y en la imaginación de todos aquellos que disfrutamos con universos literarios y fantásticos. Es Metrópolis, es Gotham City, es esa ciudad soñada por todos los que nos hemos aventurado por ella paseando por sus calles de papel, circulando a velocidades vertiginosas por sus avenidas de celuloide, asustándonos por la altura de de sus rascacielos escalados por monos gigantes, balanceándonos en telarañas de colores por edificios inalcanzables...

Allí es donde nos conducen Alan Moore y Gene Ha, ilustrándonos la historia con un magnífico dibujo que capta la esencia de lo que es Top Ten como nadie lo hubiera hecho. Sin ser un prodigio de dibujante, Gene Ha es eficaz y buen narrador, caracterizado por un detallismo muy a tono con las obsesiones puntillosas de Moore. Pero lo más notable de la parte artística reside en el estupendo color de Art Lyon, con unos tonos ocres cercanos a las fotografías viejas que transmiten esa sensación de historia antigua, del pasado, en donde realmente se sitúa este relato sobre los orígenes de Neópolis.

Alan Moore se puede permitir el lujo de hacer el cómic que quiere, sin esperar los dictados del Editor en Jefe de turno, sin alharacas ni aspavientos. No necesita golpes de efecto, solo el componer una historia coral con muchos personajes, llena de sentimientos, repleta de fantasía, que da lugar a una lectura calmada y apacible con la que cualquier aficionado al cómic puede disfrutar tranquila y plácidamente. Ojalá vuelva de nuevo Alan Moore a contarnos más historias de Neópolis y sus policias superheroicos.

1 comentario:

  1. Ojala, la verdad es que estoy deacuerdo en todo y tengo poco que añadir, un comic genial que sin ser de los mejores trabajos de Moore esta muy por encima de la media, además la edición de Norma es excelente y económica.

    ResponderEliminar