jueves, 8 de marzo de 2007

Lección de Anatomía


Lección de anatomía o lección de cómo hacer un gran cómic. Ayer hablaba de esa joya incluida en la serie Hellblazer titulada Abrázame de Neil Gaiman y Dave Mckean, y hoy me voy a referir a otra obra maestra que aparece en el número 2 de la serie regular de La Cosa del Pantano editada por Planeta.

Alan Moore demuestra sus dotes de gran narrador en una pequeña pieza que debemos de incluir entre los más grandes momentos de la Historia del Cómic. Pocas veces se ha escrito un relato más terrorífico que Lección de Anatomía. Narrado en primera persona, el profesor Jason Woodrue con su rostro reflejado en el cristal de una ventana, nos cuenta sus alucinantes experimentos sobre una criatura vegetal. La extraña anatomía del monstruo formado por órganos vegetales es un misterio para la mente científica del investigador que busca racionalizar el fenómeno ante el que se enfrenta. De esta manera, procede a practicar una macabra autopsia que nos conducirá a la más terrible de las verdades.

El dibujante Stephen Bissette, ayudado en las tintas por John Tottleben, crea una atmósfera inquietante y terrorífica. Magistrales son todos los recursos narrativos empleados por este excepcional dibujante. Hay páginas que han quedado grabadas en mi retina y de las que uno no puede olvidarse, y eso que leí por primera vez este cómic hace muchos años en la revista Dossier Negro. Pocos cómics me han marcado como éste, pocos son los casos en los que puedo recordar una lectura que me dejara un poso tan inolvidable, y Lección de Anatomía es uno de ellos.

Y es que Moore describe el terror existencial sobre el conocimiento de que la existencia, la conciencia de uno mismo puede ser falsa, y que en realidad podemos ser el anhelo de otra forma de vida que sueña con ser humana. Ese convencimiento provoca en el monstruo el vacío existencial que se resuelve mediante al asesinato, mediante la muerte. Alan Moore ejecuta una de las cabriolas más arriesgadas que se han realizado en el comic book americano. Así, mata literalmente al personaje, para resucitarlo con un sentido totalmente diferente, pero respetando a su vez el espíritu de la creación de Len Wein Y Bernie Wrightson.

Estamos pues ante un cómic genial, cuya lectura provoca sensaciones de ensueño terrorífico, de fascinación y de viaje iniciático. Es una auténtica lección de cómic.

3 comentarios:

  1. Lo que más me fascina de este comic, es como en un solo número Moore es capaz de darle la vuelta al completo al personaje, respetando su esecia pero haciendolo suyo, hoy esta historia hubiera ocupado sus buenos 6 números, para el famoso recopilatoria, realmente es un comic grandioso.

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  2. Efectivamente, es una auténtica lección para muchos guionistas "hot" actuales.

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  3. Yo creo que prácticamente toda la etapa lo es... me encanta, además, el dibujo de Bissette y Totleben. Uno de mis tebeos favoritos.

    Y por cierto, qué raro que lo veo en color. Tengo toda la etapa en la edición de Norma en glorioso B/N, que creo que a este dibujo le sienta especialmente bien. La perrada es que no incluye la mayor parte de las portadas originales. Con lo caros que eran los tomos...

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