En estos momentos (en que sólo sigo
Astonishing X Men de todo el Universo Mutante) echo de menos ese espíritu aventurero y fantástico que tenían ciertas historias de los
X- Men, y concretamente me estoy refiriendo a sus aventuras en la
Tierra Salvaje. A lo largo de la trayectoria de este famoso equipo mutante, muchos de sus mejores momentos han transcurrido en el mundo de
Ka-Zar, pero para mí hay dos historias maravillosas.

La primera de ellas es la dibujada por el genial
Neal Adams con guiones de
Roy Thomas. Esta aventura se desarrolla en los números 62 y 63 de la colección y supone toda una lección de cómo el género superheroico puede hacerse con un espíritu totalmente aventuresco y con guiños a la literatura fantástica. El retrato de Magneto como un nuevo
Doctor Moreau, que pretende crear una utopía en la
Tierra Salvaje, es memorable, y todo ello con los elementos propios de la literatura pulp (a la que tan aficionado era Roy Thomas) con las luchas contra dinosaurios y pterodáctilos en esa
tierra perdida de la que el tarzanesco
Ka-Zar es amo y señor. Si a estos ingredientes añadimos el magnifico dibujo de
Neal Adams, con esos escorzos característicos, el dominio de la composición de la página y la espectacular plasmación de los dinosaurios y toda la fauna que pueblan la
Tierra Salvaje, tenemos uno de los mejores cómics de aventuras de finales de los sesenta.
Una década después, la nueva
Patrulla X de
Claremont y
Byrne vuelve a vivir otra aventura en la
Tierra Salvaje; concretamente en los números 114 a 116 de la colección mutante.
Claremont recupera el espíritu aventurero de la saga anterior y vuelve a enfrentar a los
X-Men con el peligroso Saurón, además de volver a rememorar las espectaculares peleas contra dinosaurios y demás fauna, con el aliciente de ver a
Lobezno en acción. Además, vuelven a hacer acto de presencia
Ka-Zar y su felino acompañante Zabú. El tono aventuresco y de homenaje a aquellos episodios clásicos de
Thomas y
Adams, hacen de este arco argumental uno de los más memorables de la etapa
Claremont/Byrne. Pero sobre todo hay que destacar la espectacularidad de la parte gráfica con un pletórico
John Byrne en uno de sus momentos más álgidos como dibujante. Pocas veces hemos visto la
Tierra Salvaje plasmada de una forma tan espectacular e impresionante. También ayudó mucho en el perfeccionamiento de los dibujos el magnífico entintado del gran
Terry Austin.

Es una lástima que las diversas colecciones mutantes hayan perdido ese sentido de la maravilla y de la sorpresa que caracterizaban estas aventuras. De todas maneras, ahí están estos episodios en sus diferentes ediciones para volver a ser degustados tanto por nostálgicos como por las nuevas generaciones.