El Crepúsculo de Alan Moore

Eran las postrimerías de los 80, Watchmen había revolucionado no sólo el género de superhéroes, sino también todo el medio. Alan Moore era considerado como el más grande de los guionistas de cómics de todos los tiempos. Había concebido una obra maestra dentro del denostado género de los tipos con leotardos y no se sabía hacia donde se dirigiría el cómic americano. La DC había dado con la piedra filosofal de la calidad, ya que a Moore le acompañaban autores de la talla de Frank Miller o Grant Morrison. Además habían publicado el megaevento más impresionante que se había producido en el comic book: Crisis en Tierras Infinitas.

En este contexto Alan Moore propone a DC otro gran megaevento para dar respuesta a las Secret Wars de la competencia. Prepara una sinopsis que envía a DC, tratándose de un proyecto que nunca vio la luz, ya que el barbudo guionista abandonó esta editorial poco después.

Toda una lástima, porque este gran crossover imaginado por el británico, podría haber sido otro hito en la evolución del género. Yo me lo imagino dibujado por Alex Ross (quizá sea por lo de Kingdom Come, que no sé porqué me recuerda al Crepúsculo), y desarrollado en 12 tomitos del antiguo formato prestige. También imagino las reacciones que hubiera provocado:

"Otra obra maestra de Alan Moore que vuelve a dar una nueva vuelta de tuerca al concepto del superhéroe. Como si de una venganza cruel se tratara, Moore acaba con todos los superhéroes del Universo DC, en un plan diseñado por el más cínico de los personajes de cómics, nada más y nada menos que John Constantine, el personaje salido de las páginas de la Cosa del Pantano y creado también por el guionista de Northhampton. La visión nietzschesiana del superhombre domina toda la saga en la que se vislumbra una desconfianza total por parte del autor hacia todo el que detenta un poder superior. Precisamente son los personajes que carecen de poder, los que se alzan como auténticos héroes en una Revolución que persigue derrocar a los más poderosos para conseguir una sociedad más libre. Utopía anarquista encabezada por Constantine y por Batman, personajes que se mueven al margen de la ley y que muestran una clara rebeldía hacia el orden establecido, el Crepúsculo de los Superhéroes es una metáfora moralizante en la que Moore nos avisa sobre los peligros de los grandes líderes, de los caudillos por los que la sociedad se deja llevar en momentos de crisis, de miedos o de dudas (acaso en una nueva versión superheroica de V de Vendetta). En realidad está apelando a la madurez de una sociedad que ha de creer en sí misma para no dejar sus riendas en manos de quienes se creen dioses por el poder que detentan."

Más o menos estas serían las reflexiones más sesudas. Pero también habría otro tipo de repercusiones como por ejemplo el merchandising y los muñecos generados por los increíbles diseños futuristas realizados por Alex Ross. El nuevo uniforme de Superman con ese aire regio, la imagen de Superwoman, el siniestro aspecto de Superboy…

Los fans discutirían por la visión tan negativa que se daba a los personajes de toda la vida. Lo del Detective Marciano es imperdonable, convirtiéndose en un asesino,… Estos no son los superhéroes con los que todos crecimos, se han hecho demasiado adultos. También habría comentarios relacionados con el morbo de un niño como Billy Batson (aunque tenga mente adulta) yéndose de golfas por los putiferios más siniestros…

Interminables acotaciones en torno a una obra revolucionaria y rompedora que marcaría un antes y un después en torno a los megaeventos. Después de un cómic así, nunca hubiesen surgido engendros como… no los voy a mencionar porque están en las mentes de todos vosotros.

Texto en inglés de Twilight of the Superheroes

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