jueves, 28 de septiembre de 2006

Punisher: Nacimiento


Frank Castle convertido en un moderno Fausto que vende su alma al diablo…
Esta premisa sólo podía salir de la calenturienta imaginación de Garth Ennis. El irreverente guionista irlandés nunca se había tomado a Punisher muy en serio. La verdad es que ya me diréis quién puede tomarse en serio a un psicópata con una calavera pintada en el pecho y cuya única finalidad en la vida es cargarse a delincuentes. Así, los primeros episodios de la serie a cargo de Ennis eran una parodia de sí mismo, humor negro, violencia y una pasada detrás de otra. Para leer algunos episodios pues estaban bien, cuatro risas y ya está. Pero la fórmula se agota pronto y al irlandés le pedimos más, sobre todo los que disfrutamos del Predicador.

Es sabido que a Ennis le gusta la temática bélica, sólo hay que recordar Las aventuras de la Brigada de fusileros o los especiales de War Story. Por lo que era de cajón que nos contara alguna historia de Castle en el Vietnam. Y la verdad es que no es cualquier historia, sino que se trata del auténtico origen del personaje. El Castigador no nace cuando unos mafiosos matan a su familia en el parque en una soleada tarde de domingo. Punisher nace mucho antes, en las selvas de Vietnam, al servicio del ejército norteamericano, protegiendo a sus hombres, matando al enemigo, soportando la ineptitud de sus superiores, aplicando su particular sentido de la justicia. En la guerra el hombre se transforma en bestia, se deshumaniza, lo peor de uno mismo sale a la superficie, y en el caso de Frank Castle eso le gusta, le reconforta. La finalidad es sobrevivir y matar, todo lo demás es secundario. Da lo mismo cuáles sean las razones de esa guerra, no importa para nada que los Estados Unidos se embarquen en campañas imperialistas en territorios alejados del mundo, no hay ninguna visión de América, lo único importante es sobrevivir en la jungla y matar, aunque para ello haya que vender el alma al diablo.

Darick Robertson, que ya había colaborado con Garth Ennis en la miniserie Furia, demuestra que es un gran dibujante, plasmando en impresionantes páginas el horror y la espectacularidad de la guerra. Su dibujo realista y su trazo sucio resultan muy apropiados al relato bélico que se desarrolla en esta miniserie.

En definitiva, un estupendo cómic bélico, imprescindible para los admiradores de Ennis, y que resultará totalmente coherente para los seguidores de El Castigador. La guerra puede ser un horror, un infierno o el lugar más confortable para un psicópata que se embarca en una lucha sin fin.

3 comentarios:

  1. Mmmm... mientras no desfase de la forma que suelen desfasar el 90% de las obras de Ennis...
    Por cierto, te queda menos de un mes para celebrar el primer aniversario de "El Tebenauta"... ¿Qué harás? ¿Nos regalarás enormes lotes de comics a todos tus lectores? ¿Una noche pasional con Elsa Pataki?

    FOXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

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  2. El tebeo no está mal pero eso de la vocecilla y el pacto rompe un poco la imagen anterior de Frank, no? Siempre se ha pensado que es a raiz de la muerte de su familia lo de hacerse justiciero y aqui lo convierte de una tacada en psicópata como poco.

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  3. En cuanto a lo del primer aniversario, Nacho, pues sí habrá que hacer algo. Hombre, me apunto a lo de la noche con Elsa Pataki, pero pa mí solo.

    Ternin, Punisher siempre ha sido un psicópata de cuidad, y porque a alguien le maten su familia no se transforma en un cruzado contra la delincuencia. Creo que Ennis enriquece el pasado y las motivaciones del personaje. Lo de la vocecilla interprétalo como quieras, pero a mí me parece un estupendo recurso que nos lleva a asimilar al personaje con un nuevo Fausto que vende su alma al diablo. Una espléndida metáfora, vaya.

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